Editorial

Libros en llama en la Universidad de Oriente

La quema de la Biblioteca Central y del Instituto Oceanográfico de Venezuela de la Universidad de Oriente, acto vandálico de ignorantes, propio de hordas bárbaras a manos de los biblioclastas a inicios del mes de junio de 2020, fue un hecho que movió todas las fibras de los universitarios, más allá del campus oriental, con manifestaciones de repudio en medio de un sinfín de sentimientos encontrados, donde se mezclaron rabia, dolor, desaliento e impotencia entre otros.

Haciendo un recorrido histórico encontramos que esta práctica propia de un fanatismo ideológico, objeciones morales, políticas o religiosas y que generalmente se originan en regímenes totalitarios, no es producto de nuestra era, al contrario, son acciones llevadas a cabo desde tiempos inmemoriales, que arrancan según documentación escrita y reseñada por Lucien X Polastron en su obra: Libros en Llamas: historia de la interminable destrucción de bibliotecas. En su tratado, el autor cita vívidos ejemplos de esta abominable práctica, en un recorrido geográfico e histórico que antecede a nuestra era, con hechos que se dieron lugar en ciudades remotas y ya desaparecidas en el transcurso del tiempo, como por ejemplo la destrucción de la Biblioteca Real de Alejandría calculado su patrimonio en alrededor de 700.000 volúmenes, en la cual se guardaba entre otras obras de gran importancia, El Evangelio de Judas, reciente y milagrosamente recuperado a finales del siglo pasado. Señala así mismo el autor, un hecho histórico bastante conocido, como fue el ocurrido en la Bebeplatz de Berlín en mayo de 1933, perpetrado a manos de organizaciones estudiantiles nazis, en el cual se destruyeron alrededor de 20.000 documentos, principalmente obras de escritores judíos.

Esta práctica vandálica no se limita a los libros solamente, también patrimonios universitarios con la destrucción de espacios físicos y materiales de laboratorio irrecuperables, han sido escenarios generalizados de hechos violentos, demoledores, que han victimizado a todas las Universidades Nacionales en sus sedes centrales e incluidos, sus núcleos dispersos por toda la geografía nacional. Un recuento detallado de los mismos, no sería oportuno en este momento dentro de los límites del editorial para reflejar el alcance y la profundidad del daño.

Ante esta realidad los que sentimos en carne propia este vandalismo, hacemos un llamado a la comunidad académica a incorporarnos al proyecto conjunto de investigación, adelantado por varias universidades nacionales y desarrollado por la Coalición de Cátedras y Centros Universitarios de Derechos Humanos, 2017 cuyo título bien expresa su contenido: El pensamiento bajo amenaza. Situación de la Libertad Académica y la Autonomía Universitaria en Venezuela.

¿Qué se anida en la mente de estos seres? ¿Un deseo incontenible de destrucción? ¿Intento de borrar la memoria de una colectividad? desprecio por el conocimiento? ¿O una conjunción de múltiples factores? Quizás sean estas acciones, tratando de encontrar una razón para lo inexplicable, producto de la distorsión del sistema límbico cerebral, tema para ser abordado por expertos en neurociencia y psicoanálisis.

Desde Anales Venezolanos de Nutrición extendemos un abrazo fraterno a las revistas Boletín del Instituto Oceanográfico de Venezuela Geominas, Saber, UDO Agrícola Inteligencia Gerencial y Revista Ingeniería, Tecnología e Innovación de la Universidad de Oriente (RITI-UDO) Órganos de divulgación Científica y Tecnológica de la referida universidad, para que continúen en su labor divulgativa, de formación de nuevos profesionales que necesita nuestra Venezuela y puedan en justicia, continuar haciendo honor a su lema “Del pueblo venimos, hacia el pueblo vamos”.

Continuando con la labor de divulgación científica, en este número de Anales Venezolanos de Nutrición, se publica el “Catálogo de Información en Biología Humana de Autores Venezolanos. 2000-2018”. Seguir fortaleciendo la producción y divulgación científica en nuestro país, es uno de los compromisos que nos enaltece como venezolanos.

Betty Méndez-Pérez