Historia de la Nutrición

La visión global de la alimentación en la reflexión del Dr. José María Bengoa

José Marín

Resumen

Este breve ensayo tiene la intención de establecer una reflexión comparativa, sobre la obra científica de dos grandes hombres de terreno: el médico vasco José María Bengoa y el antropólogo belga Claude Lévi-Strauss. Ambos estuvieron caracterizados por su implicación ética, con los actores de los dominios de sus respectivas investigaciones, en diferentes lugares de América del Sur, durante la primera mitad del siglo pasado. An Venez Nutr 2011; 24(1): 41-46

Palabras clave: cultura rural-realidad social-ética-teoría y práctica


Review Article

The global food vision in the reflection of Dr. José María Bengoa

Abstract

This brief essay is intended to establish a comparative reflection on the scientific work of two great men of the current world: doctor José María Bengoa, a Basque medical doctor, and Belgian anthropologist Claude Levi-Strauss. Both were characterized by their ethical implications, with the actors of their respective research domains, in different places in South America during the first half of last century An Venez Nutr 2011; 24(1): 41-46

Key words: rural culture-ethics-social reality theory and practice.


Universidad de la Sorbona, Paris, France.
1, Square du Vieuix-Chêne
CH – 1224 Chêne Bougeries, Ginebra, SUIZA
Solicitar copia a: José Marin P_marin@bluewin.ch

En la cultura Quechua se denomina “Amautas”, a los sabios mayores que obran por el bien de la comunidad. Los Amautas, son los guardianes de la memoria colectiva y trabajan por el bien común y el mantenimiento de un sistema de valores, fundamentados en el respeto, la armonía, la reciprocidad y la solidaridad.

Don José María Bengoa pertenece a esta noble estirpe de la especie humana.

Primeramente, quiero agradecer al profesor Dr. José Bernabéu Mestre y todas las personas e instituciones, que han hecho posible este reencuentro, que nos permite en esta tarde, compartir con ustedes este homenaje.

Percibo este homenaje, como un ejercicio de memoria, que nos permite revivir más allá de la presencia física del profesor José María Bengoa, la trascendencia espiritual, de la cual nos impregnó, una vida generosa, al servicio de nobles causas, pero este acto de reconstrucción de su memoria, se refuerza y es posible por la gran vigencia de sus reflexiones.

Reconstruir la memoria es volver a vivir. Mientras la memoria exista, seguirán viviendo todos aquellos a quienes recordamos. Quienes no tienen memoria, no viven en ninguna parte. Reconstruir la memoria, es volver a recordar y a respirar los pensamientos, las reflexiones, los gestos, la mirada y los actos más relevantes de una experiencia existencial.

Trabajar nuestra reflexión sobre la memoria, es comprender la trascendencia y la vigencia, de quien como don José María Bengoa, nos marcó por su enorme sensibilidad, por su generosidad y por su extraordinaria capacidad de encarnar, la relación del pensamiento y el conocimiento con la acción, en su eterna búsqueda por servir a los más desfavorecidos.

Personalmente, quedarán para siempre, en mi memoria afectiva, los momentos privilegiados, que pude compartir con el Amauta José María Bengoa en Ginebra, en los que yo aprendí de su reflexión tan rica y profunda, sobre los problemas de nuestro tiempo.

No olvidaré mi paso por Caracas, en el año 2003 y la generosa acogida que me brindó en el auditorio de la Fundación Cavendes, en el que pudimos compartir con un selecto grupo de interlocutores, sobre la realidad venezolana y sudamericana.

La personalidad del doctor José María Bengoa, me marcó también, por la generosidad de sus gestos y la manera sencilla de compartirlos.

Mi modesta intervención se limitará, a una breve reflexión sobre algunos aspectos de su obra, “Sanare hace cincuenta años”, que trata sobre la medicina social en el medio rural venezolano y haré referencia breve, a otro de sus libros “Tras la ruta del hambre. Nutrición y salud pública”

Mi deseo es tratar de reconstruir su memoria, a partir de sus experiencias personales y profesionales para tratar de establecer las proyecciones de su obra, insistiendo en la vigencia actual de sus reflexiones. Considero que sus reflexiones son aplicables a muchos terrenos, que nos conciernen a quienes trabajamos en los territorios de la nutrición, así como, a quienes trabajamos en el campo de las ciencias humanas y sociales.

Abordaré mi análisis, desde la perspectiva de la antropología cultural, basados sobre algunos aspectos teóricos y metodológicos y sobre la importancia capital de su valiosa experiencia humana en Sanare, que yo considero el terreno, por excelencia, de su experiencia personal y profesional (1).

Reflexionar sobre su obra, desde la antropología cultural, me permite construir un paralelo imaginario con la obra del gran antropólogo belga, Claude Lévi-Strauss que trabajó en el Brasil, desde 1936 a 1938, asociando la reflexión teórica a la realidad cotidiana de las comunidades indígenas brasileñas (2, 3)

Esta comparación es posible, gracias a que ambos tienen una misma referencia, el terreno de la realidad histórica, social y cultural de América del Sur, donde están presentes las condiciones históricas, sociales, económicas, políticas y culturales, que determinan la realidad social.

El terreno de la vida cotidiana, es el territorio, donde se confrontan, en ambas experiencias, las concepciones teóricas de una formación académica universitaria europea, que muestra sus limitaciones para asumir un diagnóstico, que no correspondía a las realidades sudamericanas. Contextos, que necesitan ser estudiados, desde el propio terreno con una nueva percepción, y que son el punto de partida de una nueva construcción teórica y metodológica, que trata de traducir la realidad, con una nueva perspectiva desde el terreno (2, 3)

Explicación....

En el caso del Dr. Bengoa, Sanare se inscribe en el contexto histórico del mundo rural venezolano, y en el caso de Claude Lévi-Strauss, su confrontación se desarrolla en el contexto histórico, en el que viven los pueblos indígenas del Mato Grosso y la Amazonía brasileira. Estas realidades distantes geográficamente, pero similares en su esencia, los llevará a reformular en términos teóricos una otra percepción filosófica del mundo. Asumiendo una visión global, desde otra perspectiva multidimensional que integra la diversidad cultural, como criterio fundamental, para comprender la realidad.

A ambas experiencias los une el terreno, que es traducido, gracias a la sensibilidad de ambos científicos, por sus experiencias personales y profesionales. El terreno, les sirvió como punto de referencia experimental, para diagnosticar y programar acciones en otras realidades, en diferentes latitudes.

Ambos logran describir sus experiencias de terreno, gracias a una sensibilidad social y emocional que les permitió percibir, traducir e interpretar, las realidades sociales con las que estuvieron confrontados.

Los une a ambos, haber desarrollado una visión global, que permite detectar las múltiples dimensiones y multicausalidades que configuran la realidad social y que determinan su funcionamiento (4).

La visión global en Levi Strauss, es un aprendizaje de la visón indígena del mundo, que afirma que para comprender el mundo, se necesita un “ojo de pescado” con una capacidad de percepción óptica de 360°, que nos permite aproximarnos, observar y tratar de comprender los problemas de la vida, a partir de una visión, que englobe la totalidad de elementos que determinan el funcionamiento de cualquier sociedad (5 ).

La visión global nos permite desfocalizar y ampliar nuestra visión sobre las cosas y conocer las múltiples dimensiones que influyen y determinan el funcionamiento de una sociedad

Una visión global nos permite conocer los diferentes rostros de una misma realidad y nos permite también, aproximarnos a los diferentes actores sociales, económicos y políticos. Nos ayuda en fin, a determinar la importancia de la cultura, en el funcionamiento de una sociedad (6).

El parámetro que asocia en mi reflexión, la práctica del doctor José María Bengoa, con la experiencia de terreno de Claude Levi Strauss, se limita a la parte descriptiva de la realidad social.

La parte complementaria de toda investigación, que nos lleva a la constatación y comprensión de una realidad social determinada, debe ser seguida de una acción, que tiene la virtud de unir la teoría y la práctica al territorio ético de toda investigación, resumida en la gran pregunta:

¿Qué hacer?

Para modificar, aliviar y tratar de resolver una situación dramática e injusta de salud pública, de desnutrición y de hambre.

Qué acciones tomar y asumir para tratar de aliviar el sufrimiento y liberar de las injusticias a los sectores más frágiles de una sociedad?

En el caso de José Maria Bengoa, a nivel del ¿qué hacer?

Podemos constatar el tránsito histórico y ético de la investigación a la acción.

Pasar de la etapa de la comprensión de una realidad, a otra realidad, que es la que implica comprometerse y asumir el desafío ético de comprometerse con los más desfavorecidos.

José Maria Bengoa tiene la virtud de plasmar su enorme sensibilidad en acción, aportando en proposiciones de programas alternativos, a nivel nacional, primeramente en Venezuela y posteriormente en el ámbito internacional.

Podemos afirmar que: La necesidad de poseer una visión Global y tener conciencia de la existencia de las múltiples dimensiones de toda realidad, es la premisa fundamental para comprender el mundo.

En la percepción conceptual indígena amazónica del mundo, la visón global se traduce en lo que ellos denominan: “ojo del pescado”; traducido como una visión multidimensional de 360°, que les permite observar los múltiples rostros de una misma realidad. (7)

En el dominio de la antropología, hemos accedido a esta sabiduría, gracias a la traducción del saber indígena, que realizó el maestro Claude Lévi-Strauss, después de su experiencia vital sobre el terreno, con los pueblos indígenas del Mato Grosso y la Amazonía brasileira.

La Visión global puede traducirse en la capacidad de abordar los múltiples rostros, que encarnan toda problemática, en el caso de la nutrición, una visión global debe permitirnos de asociar en nuestro diagnóstico, las siguientes dimensiones:

  • La dimensión ecológica e histórica: local, regional nacional y global
  • La dimensión biológica
  • La dimensión ética
  • La dimensión social
  • La dimensión política y económica
  • La dimensión cultural

Estas dimensiones nos ayudan a construir la visión global. A nivel de la percepción de la realidad social, podemos definir dos formas de abordarla:

Mediante la focalización y la especialización extrema, que aborda solamente, los aspectos específicos de una parte del objeto de nuestro estudio. Este tipo de análisis limita nuestra percepción y nos reduce a una visión fragmentada e incompleta de la realidad social. La visión global nos permite desfocalizar e incluir todas las dimensiones, con las que cuenta toda problemática, partiendo del principio, que todo está relacionado y forma parte de un todo.

Estudiar la nutrición nos lleva a valorar la experiencia del terreno, por un tiempo prolongado, que nos facilita una amplia comprensión de la realidad, como condición fundamental del aprendizaje y la comprensión global de una realidad determinada.

Nuestra observación participante sobre el terreno, nos lleva a implicarnos y a impregnarnos con la realidad, desde adentro.

En el caso de José María Bengoa, esta experiencia nos permite comprender la importancia capital, que tiene su permanencia en Sanare, como el territorio de una experiencia personal y profesional, que le permitió teorizar sobre la medicina social y la multicausalidad de los problemas que aquejan la salud humana en el mundo rural (4).

El terreno, puede ser también, un espacio social e histórico, desde donde se construye y se recrea la teoría y la metodología, como productos fidedignos de la constatación y coherencia entre teoría y práctica.

El Doctor José María Bengoa considera que la condición primera, para la construcción del aprendizaje global de una realidad, se da a partir de una experiencia de observación participante, inmersa en la vida cotidiana del mundo rural, por un largo período. Esta permanencia, es la que nos permite aprender y comprender y sensibilizarnos con los problemas de la sociedad.

La convivencia con la realidad y con las personas nos permite sentir lo que sufren las mismas, en estas difíciles condiciones de vida.

Observar desde fuera y luego participar a la experiencia desde adentro, permite construir una visión global que se traduce muy bien en la afirmación del doctor Bengoa 1992:

“Para saber ver lo actual es necesario no haberlo visto antes…” p. 36 (4)

La observación de alguien que viene de afuera, tiene la ventaja de detectar los perfiles, los rasgos de una realidad, que quienes están inmersos en esa realidad y que viven dentro de ella, no lo advierten. En esto constituye la observación participante aplicada en Sanare, como la opción privilegiada de asociar la mirada exterior con la realidad cotidiana del interior de la sociedad, acto que nos permite una mejor comprensión de los problemas, en esta caso, de una sociedad rural.

Cuando él afirma sentirse identificado con el valor subjetivo de la observación, está incluyendo la dimensión afectiva y espiritual, que nos permite impregnarnos de la realidad social, viviendo los problemas desde el interior, poniéndose en la piel de los otros, sin evacuar la dimensión afectiva de nuestra vivencia y de nuestro aprendizaje.

Estas vivencias, que construyen esta experiencia existencial, nos implican en una perspectiva ética de solidaridad, con quienes son los actores más desfavorecidos.

Su posición frente a los diagnósticos sociológicos, producto de estancias cortas y circunstanciales en el mundo rural, nos limitan a una observación parcial y una idea focalizada, superficial y fragmentada de la realidad social.

Sobre el testimonio de su experiencia en Sanare, señala en el prólogo a la segunda edición de su libro (8), que para él, la experiencia de Sanare, fue más un tiempo de reflexión y de construcción de un pensamiento crítico, que una investigación propiamente dicha.

Aún cuando sus reflexiones se completaron con encuestas, que le permitían cuantificar y demostrar sus afirmaciones, no era su preocupación, la de hacer de todo ese valioso trabajo, un libro. Para él, era más importante una inmersión profunda en el contexto de la sociedad rural, en la que se encontraba Sanare, para construir una comprensión cabal de su realidad, sin la pretensión de estar haciendo todos esos esfuerzos, como un simple ejercicio intelectual.

La inmersión en una realidad, es lo que marca la frontera, entre una investigación y una práctica profesional superficial y un ejercicio, que implica a los actores con la comprensión y la transformación de una realidad determinada.

Una de las grandes cualidades de su reflexión es la modestia, que es la condición primordial de un enfoque global, que no pretende explicarlo todo y tiene la riqueza de un ensayo etnográfico, producto de una prolongada vivencia sobre el terreno, acompañada de una reflexión profunda, que le permite repensar sobre los límites de su formación académica europea, que no lo facultan para traducir la realidad sanitaria de Sanare y que lo lleva a la necesidad, de teorizar sobre una medicina social, relacionada a la multicausalidad de los problemas sanitarios. que aquejan a esta sociedad rural. Constatamos como el terreno y la realidad cotidiana, pueden ser, el punto de partida de otra construcción teórica y metodológica, que nos permite interpretar mejor la realidad local, poniendo en discusión las percepciones, que tienen pretensiones de explicación universal. (6)

Pienso que su experiencia existencial es capital, por que marca e impregna su vida personal y profesional. Sanaré, es “su universidad”, en tanto que, es el territorio donde viven sus experiencias, que lo ayudan a comprender el mundo rural.

A Sanare la podríamos llamar la universidad del cuarto saber, que con el tiempo se convertirá en el parámetro y en el referente por excelencia, para analizar y comprender otras realidades sociales, en otras latitudes. Saber, Saber hacer, saber ser y un cuarto saber, que es el que permite de convalidar y consolidar los tres primeros saberes (9)

Encuentro en la riqueza de su visión global, los dos pilares fundamentales de nuestra comprensión del mundo, la descripción minuciosa de la realidad, en sus múltiples dimensiones, que constituye un buen primer diagnóstico y la perspectiva complementaria, de proponer las posibles soluciones, a través de las decisión y la voluntad políticas, que son los niveles de decisión, donde pueden superarse todos estos problemas.

La experiencia en la Universidad de Sanaré, como él la denomina con justa nostalgia y afecto, le permiten elaborar una percepción, sobre lo que él denomina, la medicina social, que se encuentra en la multicausalidad social de las enfermedades, tanto infecciosas, como degenerativas.

Su experiencia vital en Sanare le permite establecer la relación entre condiciones de alimentación, de vivienda, de los salarios y de la educación, condiciones, a las que asocia una parte del origen de los problemas sanitarios, que provocan la mortandad infantil, la tuberculosis, entre otras enfermedades. Logra establecer la relación estrecha entre la salud y la dimensión política, que es donde se toman las decisiones de las políticas sanitarias, que se aplican sobre las sociedades urbanas o rurales.

Su práctica de médico rural lo impregna con la realidad social y su sensibilidad lo implica, comprometiéndolo con los más necesitados.

En su visión global, logra asociar Sanare, en tanto referente del contexto rural, a un contexto nacional, lejano, donde se elaboran las políticas de salud pública, no necesariamente ligadas a la realidad rural. Es por esta constatación, que justifica integrar la dimensión política a los problemas de salud pública, como la condición fundamental, para imaginar programas capaces de asumir los problemas de la sociedad rural.

No pretendo hacer un estudio que recoja todos los matices y detalles de la vida social en el medio rural venezolano y es consciente que su aporte tiene límites y que la problemática que lo preocupa es un dominio vasto y complejo (4).

La modestia es una constante en su práctica, cuando asume con consciencia, que sus evaluaciones de la realidad, no pretenden explicarlo todo, ni agotar todos los argumentos, sino su deseo de marcar una inquietud. El eje central de su aporte al nivel de la filosofía de vida que sus actitudes encarnan en Sanare y en las diferentes instancias, que le tocaron asumir, como su valiosa experiencia en Venezuela, están marcadas por lo que él denomina:

  • Inquietud de lucha,
  • Inquietud de saber
  • Inquietud de servir

Cito directamente sus frases:

Inquietud de lucha, de rebeldía y de protesta intima, contra esta civilización del siglo XX que consiente impávida la vida de unos seres que por ser humanos ya merecen por lo menos algo más que compasión (4, 10)

Esta inquietud está profundamente motivada por una emoción social, por una sensibilidad, que lo lleva a sentirse implicado por el sufrimiento de los demás, a sentirse y “meterse” en la piel de los otros, para mejor comprender sus dolencias, su enorme precariedad y su fragilidad

Y a preguntarse, ¿por qué tanta injusticia y egoísmo? La vida vivida sin la pasión de vivirla intensamente, no vale la pena de ser vivida… Esta misma pasión nos lleva a no abandonar, a partir de pretextos académicos, nuestra dimensión humana, que es la que nos hace comprender la necesidad de la solidaridad. Nosotros nos construimos con los otros, nadie puede construirse solo. Por todo esto, las posiciones individualistas o egoístas, no tiene lugar para quien trabaje en los territorios de la nutrición y con la sociedad humana.

José María Bengoa posee una inquietud de saber y de estudiar. De estudiar los fenómenos y las cosas que han conducido a este estado de cosas, impresionantes, Si no fuera por la rapidez con que se nos pasa el escalofrío sentimental. Estudiar los motivos y querer desentrañarlos. No alardear de saberlos.

Su deseo es conocer en profundidad, aquellas múltiples causas que determinan las cosas, desentrañar la trama que las construye, a pesar del impulso fugaz de las emociones que nos provocan los contrastes y la injustica de la realidad, a los que estamos confrontados en las experiencias sobre el terreno.

El doctor Bengoa denomina escalofrío sentimental, a la dimensión afectiva y emocional que acompaña todo aprendizaje de la sociedad que nos rodea. No existe aprendizaje sin dimensión afectiva que le acompañe y que consolida nuestra percepción y comprensión de la realidad humana.

El es contrario igualmente, a toda autosuficiencia y arrogancia de quienes pretenden saber y comprender todo. La primera condición del aprendizaje es la modestia, para comprender, que todo esfuerzo por conocer, tiene sus limitaciones, que no permiten que creamos haberlo comprendido todo.

La inquietud de servir

Toda actividad por conocer nos lleva a impregnarnos de una realidad social, con la que terminamos por comprometernos, cuando la condición ética ha guiado nuestra experiencia. En esta inquietud de servir, se mezclan, a partir de la profunda emoción social que la sustenta, la solidaridad con los más desfavorecidos y la lealtad, con el pueblo venezolano que lo acogió, con el cual, él se siente completamente identificado.

La densidad que encarna la generosidad de su compromiso con los más desfavorecidos, será una constante, que guiará su aporte en diferentes instancias por el derecho a la alimentación, como un derecho humano, en cualquier latitud de este planeta donde le tocó vivir.

Sus reflexiones sobre la solidaridad y el compromiso ético, están más vigentes que nunca, en estos tiempos de globalización, con su secuela de injusticias profundas, de exclusión y de profundas mutaciones sociales, donde en nombre de una mayor e irracional acumulación de riquezas económicas, se especula con los precios alimentos, en el mercado internacional. ¿Cómo es posible imaginar un acto tan perverso?, ¿Cómo tratar de ganar aún más dinero, especulando con la comida, tan necesaria para una parte importante de la humanidad, que no puede acceder a nutrirse convenientemente?.

Las inquietudes fundamentales que marcaron la existencia del Amauta Jose María Bengoa están presentes y hacen revivir aún más su dimensión humana,

Tanta injusticia acumulada, basada en la concertación irracional del poder económico al servicio de unos pocos, en detrimento de las grandes mayorías de la sociedad humana, nos convocan a una noble rebeldía. Ante la destrucción del futuro de los niños, de las mujeres y los hombres de una gran parte de la sociedad contemporánea.

Sus inquietudes, nos convocan, a estudiar con una visión global, para saber, cuáles son las causas de tanta injusticia y nos convocan finalmente, a servir a una causa justa y solidaria, con los más desfavorecidos.

Para concluir, retomo la cita final de la presentación del libro de José María Bengoa, al respecto de nuestro siglo XXI, en el contexto de la Globalización… (11)

“ Comenzamos el siglo XXI con una sexta parte de la población mundial padeciendo hambre…No está mal a nuestro juicio que en el mundo en desarrollo se haya introducido medidas y ajustes económicos para lograr el crecimiento deseado; lo preocupante es “que se haya perdido el norte social, el derecho a la equidad, la garantía de mantener un nivel de vida mínimo y una vejez sin incertidumbre…Lo preocupante es el salto desde un ideal posible que nos comprometía a todos en la búsqueda de soluciones en la lucha contra la pobreza, a un norte indefinido o no comprometido socialmente dejando al mercado el ajuste espontáneo del bienestar”

Cit. por José Bernabeu Mestre. En el texto de la presentación del libro de J. M. Bengoa 2005 (10)

Las múltiples causas, que trataba de descubrir y comprender JMB para explicar y asumir la realidad de Sanare, nos permiten hoy, comprender los mecanismos que fabrican la injusticia, el hambre y la exclusión, en todas las latitudes de este mundo.

Estamos frente al desafío ético y social de una globalización, sin un proyecto de sociedad viable para la humanidad.

Necesitamos imaginar y trabajar por un proyecto de sociedad, digno de ese nombre, que responda al reto de preservar la dignidad humana, partiendo de la alimentación, como un derecho humano fundamental.

Reunirnos hoy, para recordar la memoria y las inquietudes que animaron la existencia, del AJMB, nos permite rendirle el más grande homenaje a su noble existencia y sobre todo, a la vigencia actual de sus inquietudes sobre este mundo a principios del siglo XX.

Referencias

  1. Géraud MO, Leservoisier O, Pottier R. Les notions clès de l’anthropologie. Paris: Armand Colin; 1988.
  2. Lévi- Strauss C. Tristes Tropiques. Paris: Plon; 1955.
  3. Lévi-Strauss C. Anthropologie structurale. Paris: Agora / Plon, 1974.
  4. Bengoa JM. Sanare…hace 50 años. Medicina social en el medio rural venezolano. 3ª ed. Caracas: Ediciones Cavendes; 1992.
  5. Boutang PA, Chevallay. « Lévi Strauss par lui-même ». Film-documentaire DVD. Paris : Arte / Vidéo; 2008.
  6. Clément C, Seligmann G. « Un Cabinet de curiosités » Film documentaire-DVD. Sociedad Clément C y Seligmann G; 2008.
  7. Marín J. Globalisation, education, and cultural diversity » En: Dasen P, Akkari J. Educational theories and practices from the mayority world, Los Angeles, London, New Delhi, Singapore: Sage.Publications: 2008. p. 346-66.
  8. Bengoa JM. 1980. Sanare…hace 50 años. Medicina social en el medio rural venezolano. 2ª ed. Universidad de Carabobo; 1980.
  9. Reggio P. II Quarto sapere. Guida all’apprendimento esperianziale. Roma:Carocci Ed; 2011.
  10. Bengoa JM. Hambre cuando hay pan para todos. Caracas: Fundación Cavendes; 2000.
  11. Bengoa JM. Tras la ruta del hambre. Nutrición y salud pública en el siglo XX. Alicante: Publicaciones Universidad de Alicante; 2005.